Pages - Menu

sábado

Tengo las de perder

Sweet Youth. Volvíamos juntos de volar por las calles de Madrid. Y decías que estabas atento a cada una de mis palabras Verborrea descomunal la que nació de mis entrañas. Te recuerdo... Tenías ese tono de piel tan pálido que no pegaba con mi color canela. Pero nos encantaba la canela y las noches de Navidad.

No podías ser perfecta (no pretendía serlo). La perfección es algo tan ambiguo que no querría serlo. Porque me da miedo la locura que podría beber. Me da miedo que solo sea mi risa. Por eso decidí ser fantasma, cómo siempre me has encontrado. Estaba, pero no estaba. Por eso no estoy. No me gustaron nunca los juegos de azar. Y no me lo voy a jugar todo a una carta.

Lleva un rato intentando llover, 
ya me conozco ese nudo en la garganta 
que tienen las nubes. 
Me sentaré aquí a ver como sucede 
y me juraré una vez más 
no despedirme de mí 
sin no hacerlo antes de ti. 
Que siempre se me olvidan los modales fuera de casa. 

Y querré cerciorarme a que sabe el abandono de unos labios 
y un cigarro consumido hasta las letras. 
Cómo un sábado puede pasear un paisaje tan triste.

  
Ya llueve, 
y las gotas se estrellan contra el cristal, 
pero al fin y al cabo 
son lágrimas que no dicen nada, 


¿verdad? 

Y que nunca lo harán.


He aprendido a perder

No hay comentarios:

Publicar un comentario