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miércoles

Manos frías, corazón caliente

Un día te preguntas cosas que al parecer no son sencillas. Dudas ontologicas, o como las llamamos nosotros, putadas ontologicas. Dudas, preguntas, acertijos, lo que sean, pero aparecen. Puedes buscar la respuesta o no. Un día vivirás una situación que te hará plantearte cuál es tu propósito en la vida ¿ser feliz? ¿Cómo? ¿A causa de dolor ajeno? A mí a veces, más de las que me gustaría realmente, me pregunto cuál es la manera de querer de la gente. Vivimos en un mundo tan materialista que al parecer "disfrutar de los pequeños detalles" es una frase que queda bien con un fondo bonito. Y pocos hacen referencia al pie de la letra. Pocos se emocionan por encontrar una mariquita en un día frío de noviembre. O el piar de los pájaros. La sonrisa de un anciano. "Gracias " ya no delata suspiros, la perfección ha asesinado al detalle. Recuerdo que hace dos años, con un dolor muy fuerte en el pecho y un regalo, escribí: vivimos en una generación donde aquello que se rompe, se tira, cuando antes al romperse algo, tratábamos de arreglarlo.

Y me rompieron 



Quizás es mi forma de ser. Tengo la impresión de que más de uno me toma por imbecil. Y lo digo con estas palabras. O por una persona débil. Una peliculera. Se me puede poner muchos adjetivos y yo diré que todos falsos. Porque soy esa clase de persona que rompe sus valores por una persona, y antepongo el corazón antes que el sentido común. Y los hay que preferís el dolor, el sufrimiento, el castigo, los impulsos y alzar "la razón" poniendo constantes excusas, limites a vuestra personalidad. Aquellos que no queréis luchar y no queréis que luchen por vosotros, compadeceré a la persona que entristece vuestro perfil. Y entenderéis que aquellos que dejaron sus valores de lado por vosotros son aquellos que echaréis de menos cuando nadie os abrace en vuestra cama. Ahí., quizás lo entendáis. Y será tarde.

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