-Nunca te he pedido nada!
-Al contrario, me lo has pedido todo?
-cuando fue eso?
-Cuando me pediste que te basara
Pongamos que por un momento me crees y olvidas esa ridícula teoría de que abuso de pasotismo. Entonces digamos que tengo dos minutos para demostrar lo contrario. Supongo que podría sentarme enfrente suya y mirarle fijamente durante diez segundos mientras inconscientemente enredaria mis dedos entre su cabello. Seguiría acercando mis labios a los suyos, pero sin juntarlos, que actue la gravedad por nosotros y posiblemente ahí, en esa colisión crearía un nuevo big bang mezclado de pasiones. Lo que ocurriría después no es de tu incumbencia pero puedes hacerte una idea. A lo mejor son simples ganas de practicar sexo. Pero yo diagnosticaria la opresión a amar. Al fin y al cabo, tu me enseñaste a callar.
No podría explicarlo. Realmente nunca he sentido algo así. Dicen que el amor, es cuando son capaces de darlo todo por ti. He escuchado que el amor es consumirte a su lado, estar tan obsesionado que se te mete bajo la piel. He entendido que es locura, es que no te importe perder, ni caer, que si caes cae contigo, si lloras, no lo hará, pero estará ahí, a tu lado. Cuentan que son los momentos más felices de tu vida, que el hecho de compartir un mísero minuto a su lado sacia tu día completo. Quizás me esté enamorando, que tontería ¿verdad? Suena tan surrealista que me entran ganas de reír.