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domingo

Benditos los momentos que saben a felicidad. Por fin rodeé tu cuello, te echaba tanto de menos. Mis piernas abrazaban tus caderas tratando de quitarte la respiración. Y tu sonrisa... Me demuestras que la distancia nunca fue un problema para nuestra amistad. Mira que estaba deseando verte para... volver a hablar con alguien. He estado muy callada estos meses. Mejor, quería pensar yo. Pero contigo, todo es diferente, no solo me escuchas o me apoyas. Me haces sentir que puedo aspirar a más. Me das fuerza, le das fuerzas a este estúpido Pokemon que según tu está en continua Digievolución. Y en ese momento, pienso que no soy débil, se me olvida que estoy sufriendo a pesar de que me digas la verdad y descubra las mentiras que seguí creyendo. Crees en mi, como yo creo en ti. Y me haces sentirme orgullosa de quién soy.

Debería estar destrozada, o eso es lo que mi instinto me responde. Pero estoy más idiota que nunca, siento que he perdido una familia pero... la familia no miente. No fue real. He ganado otra familia, una familia más peculiar... Grande. Me asusté de verme rodeada de tantos de ellos. Me sentí segura sabiendo que estaba compartiendo su mundo. Me sentía segura junto a él. A veces pienso en que es ridículo que tenga que pasar unas horas a su lado para recibir un chute de autoestima. Pero se va acumulando, poco a poco empiezo a apreciar que se siente orgulloso de como soy. Y hasta los detalles más tontos, de esos que me avergüenzo, es capaz de recordarmelos y hacerme sonreír.

No pienso en el tiempo. Pienso en vivirlo con él.

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