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martes


No hay mejor cosa que un café por la mañana, con su espuma, su calor. Estaba pensando en tantas cosas, como por ejemplo que llevo puesta la camiseta de una persona de la que no me siento orgullosa o de lo fascinante que es poder pasar el tiempo con alguien. Esa sensación de salir a la calle y poner los pies en marcha porque solo tienes un ratejo y quieres andar. No lo haces sola, esta vez estás bien acompañada. La noche es ensordecedora cuando el silencio está escuchando. Estoy de rodillas y sé que falta algo porque en el fondo de mi mente se están llevando a cabo cosas en las que confío pero elijo ignorarlo porque siempre estoy negándolas.
Soy un poco maniática cuando no es como lo planeo porque empiezo a perder la cabeza y luego me levanto en pánico. Recuerda, cuando éramos niños y siempre sabía cuándo dejarlo ¿Estamos negando una crisis? o ¿tenemos miedo de admitirlo? No lo quiero saber. Sólo quiero correr hacia ti y romper las cadenas y tirarlas a la basura. Sacudir el polvo que me oxida ya que más pronto que tarde, necesitaré un salvado…
Nada cambiará si quieres que se mantenga igual, realmente lo odio, pero sé que es difícil de elegir si estás encadenado. Cuando todo se puede controlar, porque no tienes nada más para sostener, te vuelves más y más fuerte, pero cada vez es más difícil dejarlo ir. Déjame plantada y tal vez no seré tan pequeña, libera mis manos y pies y tal vez no siempre caeré…

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