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martes

¡Oh, Cállate!

Somos hijos de mundos distintos con la misma memoria. Eso significa que nuestra futura historia irá unida a través de las palabras. Estoy deseando pasar estás malas semanas para ir a buscarte a las calles de Madrid, sentarme, tumbarme, recodarte, besar las palabras que escribiré en mi cuaderno y captar dos o tres miradas enlazadas a una sonrisa con mi cámara. Me inventaré un nombre, te llamaré a través de él pero como es de suponer no contestarás, ni darás media vuelta, simplemente te irás. Pero soy un muro débil por delante pero siempre tengo refuerzos por detrás, por lo que es difícil que caiga y si no estás allí, me da igual, porque iré tras de ti hasta debajo de los mares. ¿No lo entiendes? Yo tampoco, por eso quiero que tú me contestes con las mismas dudas que tengo yo. Ya no hay ganas de seguir el show, ni de continuar fingiendo, sólo quiero ser espectador, relax, entertainment. Y ahora relájate, ella lo lleva bien, está aliviada, ¿ves?, todo ha acabado bien. Te dice: fíjate, mira mis manos, ¿ves?, no pesan nada, ¿ves?, están flotando ¿ves? Putas ganas de seguir el show ni de continuar mintiendo y en un travelling algo veloz sale un "fin" en negro. Me pregunto quién pensó el guión, debe estar bastante enfermo, fue el estreno de un gran director, le caerán mil premios. Y al subir al taxi mis palabras son vapor de cristal y me dejo el alma cuando escribo en la ventana: "que sea cierto el jamás". ¡Oh, cállate! Y a medias del viaje, callo a gritos que no quieras bajar. Y pierdo la conciencia cuando escucho como dices: "que sea cierto el jamás". ¡Oh, muérete!

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