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martes

Es fantástico volver a reencontrarte con tus viejos amigos, aunque sea para un mal momento como el caso. Me encanta como a pesar de todo siempre dicen ese "si ya sé como eres". Es agradable saber que hay cosas que no cambian, sus niñerías, sus corazones rotos, los sueños que siguen y terminan para otros. A decir verdad, me halaga poder haber compartido el penúltimo día del año no ellos, pero sobretodo me reconforta saber que siempre están allí, y yo para ellos. Aunque a decir verdad, siempre doy los mismos consejos y ayudando les a ellos, me destrozo yo. Quizás me gustaba más estar ciega y seguir con la ilusión del momento. Pero sé que no es así. Que todo tiene un comienzo y un final. Es verdad que las cosas antes de tirarlas, hay que arreglarlas. ¿Qué hay que arreglar? No lo sé. Nada, supongo. Digo que me encanta pero a veces me mata. Por muy malo que fuese nuestro último momento juntos, me gustaría volver a él, para sentirme entre unos brazos que aparentaban preocuparse por mí. Veinticuatro horas. Chin-chin.


Y tengo miedo de volver a amar como te he amado a ti, quería ver pasar la vida junto a ti. Abrázame antes de marchar que tengo miedo ya a vivir. Perdóname, estoy llorando y tú te irás. Perdóname...

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